Matías Coccaro se despidió de Huracán entre lágrimas: "Voy a poder jugar contra Messi y Suárez"
El delantero del Globo, que se ganó el corazón de los hinchas quemeros, es vendido al Montreal Impact de la MLS.
En su último día en el club de Parque Patricios, el "Zorro" recibió el cariño de los fanáticos y hasta se emocionó con una mini hincha de Huracán. "Ya me piden que vuelva. Es terrible lo que se vive acá, una locura. Es muy lindo lo que se generó. Mucha felicidad por lo que se generó con el hincha" declaró el goleador, entre lágrimas, junto a una chiquita que no contuvo el llanto de despedirse de su ídolo.
Matías Cóccaro se va de Huracán y una nena, llorando, le agradece por todo.
— Sudanalytics (@sudanalytics_) January 22, 2024
Al ver esto el propio jugador SE EMOCIONA mientras le da un abrazo.
Es sólo fútbol, dicen. ???pic.twitter.com/GReGQh2Nu2
El atacante uruguayo es vendido al Montreal Impact, de la Major League Soccer, a cambio de dos millones de dólares por el 90% del pase. Si bien su intención era emigrar al fútbol europeo, el delantero explicó los motivos de su salida, entre los cuales se destaca "el progreso económico" y la oportunidad de jugar contra bestias como Messi o Luis Suárez, del Inter Miami:
"Me recuerda muchos momentos de sacrificio de chico, donde uno intentaba salir a buscar un futuro y no lo podía encontrar. El jugador de fútbol suele venir de familia humilde y busca el progreso económico, después obviamente al que le gusta el fútbol quiere jugar en Europa o mejor en lo deportivo. A veces salí a buscarlo y no se me dio, y ahora se me está dando todo en conjunto. Es una experiencia única, voy a poder jugar contra Messi y Suárez. Que se me esté dando todo es producto del sacrificio, porque detrás de todo esto hay mucho tiempo de entrenamiento, de pasarla mal, situaciones complicadas, pero cuando uno se esfuerza y es constante, la vida te premia y este es el momento... Yo me acuerdo cuando iba a entrenar a Lavalleja, vivía en un pueblo de 700 personas y me tenía que tomar un colectivo a las 5 de la mañana, me llevaba una frazada para dormir en la tribuna y jugar a las 11, y después el colectivo era a las seis o siete de la tarde y me quedaba en la terminal esperando para volver a mi casa".
